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hidratación.
Factores como el clima, la polución, el estrés, el tabaco o alcohol y la alimentación, entre otros, pueden alterar el equilibrio hídrico y dar lugar a la deshidratación, que afecta a todos los tipos de piel.
Los síntomas más evidentes de la deshidratación son la sensación de tirantez, la falta de flexibilidad y suavidad, el escozor y descamación de la piel.
Combate esa sensación de piel seca y elimina todo tipo de impurezas con un tratamiento personalizado.
proceso.
El tratamiento variará en función del tipo de piel y las necesidades de la misma.
Sin embargo, todo proceso tiene el mismo objetivo; conseguir una piel suave, hidratada y luminosa.
Las mejores herramientas para alcanzar todo ello son la mesoterapia con ácido hialurónico, vitaminas, aminoácidos y oligoelementos, tratamientos de colágeno, o los exclusivos de trufa blanca o caviar.
zonas a tratar.
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